Jerry, Justo, Julieta, Jack, Jocker, Jacinta, Igor, Honney, Hanna, Emilia y Dalma es el nombre de los ejemplares de labrador retriever que, junto a un grupo de asistentes policiales, recibieron formación especializada para desplegarse, a partir de este mes de julio, en sus nuevas funciones.
La capacitación se desarrolló entre el 25 de abril y el 8 de julio, con 429 horas cronológicas, bajo entrenamiento de régimen interno en las dependencias de la Briacan localizadas en el Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez.
Una formación que, para el comisario Gonzalo Toledo de la Briacan, se orientó a “cubrir las necesidades operativas en la Región Metropolitana, al interior del aeropuerto, de los equipos Microtráfico Cero, MT-Cero, y de las Brigadas Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado de Angol y Copiapó, con ejemplares caninos detectores”.
Respecto del entrenamiento en sí, explica que “dentro de la formación que se realiza, los alumnos participan de clases teóricas y prácticas. En este último término, se les inserta en los diferentes ambientes de trabajo simulando, por ejemplo, revisiones de personas y equipajes en las instalaciones del aeropuerto”.
En cuanto a las materias que se abordan, éstas incluyen condicionamiento canino, sistema de detección combinado (SIDECOM), Ley 20.000 de tráfico de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, procedimiento de apoyo policial, primeros auxilios veterinarios, historia del perro, y reglamentación, entre otros.
La alta especialización de los binomios conformados por un guía con su respectivo ejemplar canino es fruto de un sistema de formación que recoge la experiencia policial para ajustarse a los requerimientos de la función investigativa.
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